Protocolo de actuación contra las violencias machistas

Un protocolo de actuación ante las violencias machistas

Secretaría General

Los estatutos de CNT incorporan un protocolo de actuación para abordar las violencias machistas.

En el XII Congreso Confederal celebrado en Canovelles (Barcelona) en diciembre de 2022, la militancia de CNT debatió sobre determinados aspectos de la organización. Ya se han publicado por fin los acuerdos tomados entonces, que deben ser el eje del rumbo que tome la organización a partir de este momento.

Un documento tan extenso y con tantas posibilidades rebasa por todas partes la capacidad de un breve artículo. Por eso nos ceñiremos a comentar el capítulo final que incluye tres protocolos. Con este término se hace referencia a procesos de actuación concretos que han de aplicarse en circunstancias muy precisas. Los tres que se desarrollan en el nuevo documento van acompasados con el signo de los tiempos: uno, con el desarrollo tecnológico (protocolo sobre procedimientos en reuniones telemáticas); los otros dos, con la realidad social (protocolo de cuidados y protocolo de actuación para el abordaje de las violencias machistas). En esta página vamos a reflexionar, siguiendo el desarrollo del texto, sobre la necesidad de un documento sobre cómo afrontar las violencias machistas en un sindicato libertario.

En primer lugar y por decirlo brevemente, vivimos en un contexto social machista, colonialista y capitalista. No hay más que mirar a nuestro alrededor o echar una ojeada a la prensa. Por poner un solo ejemplo para todo, en Estados Unidos hace poco tiempo surgió el @metoo, que denuncia los abusos heteropatriarcales, y acaba de

llegar a la presidencia una camarilla de hiperricos con espíritu de nuevos conquistadores.

En ese contexto machista, colonialista y capitalista una organización anarcosindicalista se plantea una reflexión sobre cómo hay que actuar cuando se observa, se conoce o nos informan de un caso de violencia machista, para cometer la menor cantidad de errores e injusticias posible, y, fundamentalmente, para no tratar a las personas que la padecen solo como víctimas, compasivamente, agravando la situación.

Este protocolo es, por una parte, no un objetivo, sino una herramienta para satisfacer una necesidad humana que el anarquismo asume como prioritaria, la autoeducación colectiva, y, por otra, un mecanismo de autodefensa frente a actitudes machistas y LGTBI+fóbicas que procedan de nuestro propio entorno, de nuestros propios compañeros.

Parece obvio que, desde el momento en que una mujer sea agredida, solo quepa actuar de forma colectiva y sin hacer juicios de valor ni cuestionar la decisión que ha tomado. Establecer un protocolo de actuación ante tales agresiones es importante, pero no lo es menos buscar y ofrecer alternativas de formación y emancipación a las mujeres y a cualquier otro sujeto político discriminado. De esa manera, se aprende a reconocer las violencias y se dota a las personas agredidas de recursos propios para enfrentarlas.

El objetivo es fomentar que las personas que disfrutan de una situación socialmente ventajosa y dominante se despojen de ella, se “desempoderen”, si se prefiere utilizar ese término tan cuestionable.

Un protocolo de actuación para abordar las violencias machistas es, pues, una herramienta necesaria, especialmente en CNT. Una de las falacias más comúnmente extendidas en este ámbito es que en espacios en los que se busca teóricamente y en ocasiones se lleva a la práctica la transformación de las relaciones de dominación de todo tipo, en espacios liberados y revolucionarios, de militancia y de lucha, las mujeres y los sujetos políticos discriminados están protegidos y seguros. No es así. Tenemos ejemplos recientes. En esos ámbitos, generalmente favorables pero erróneamente considerados seguros, hay que hacer que las mujeres y los sujetos políticos discriminados tengan al menos una herramienta de autodefensa, hay que sistematizar las herramientas que visibilicen el poder y el rango superior del que disfrutan ciertos cuerpos para luego ofrecerles la posibilidad de desprenderse de ellos.

Todo el proceso de elaboración del protocolo encuentra fundamento teórico más que suficiente en los principios de nuestro sindicato: el antiautoritarismo, el apoyo mutuo, la solidaridad, la autogestión de nuestras necesidades de transformación y la pedagogía como herramienta para conseguirlo.

Nuestro objetivo con este breve artículo es solamente anunciar la publicación de los nuevos estatutos y hacerlo con una de las novedades más llamativas. El debate está servido.